miércoles, 10 de octubre de 2007

Predicción cumplida, el Velociraptor tenía plumas


Por deducción basada en la filogenia, por el parentesco con otras especies de dinosaurios emplumados y con las aves, se esperaba que el Velociraptor tuviera plumas. Incluso cabía la posibilidad de que retuviera también unas alas reducidas, heredadas de su antepasado común con los pájaros. Así lo han dibujado varios artistas audaces y bien informados, provocando a veces la irritación de los más tradicionalistas.

Pero las plumas son de fosilización muy infrecuente; solo se conservan en condiciones extraordinarias y no se ha podido hallar asociadas a huesos de esta famosa especie. Y, sin embargo, hay otras formas, indirectas pero contundentes, de confirmar la presencia de plumas.

En muchas aves actuales, el hueso del antebrazo presenta una hilera de bultitos en los que se anclan los cañones o raquis de las plumas secundarias del ala. Y esos bultitos aparecen también en un ejemplar de Velociraptor mongoliensis, según el estudio que acaba de publicarse en Science. Los autores han calculado que el animal poseía 14 plumas secundarias en cada brazo (tantas o más que la primera ave Archaeopteryx, con al menos 12, y algo menos que su pariente Microraptor, con unas 18).



Huellas de bebé estegosaurio

Probablemente se han descubierto las primeras pisadas de crías de Stegosaurus. La de la foto muestra con tanta claridad las características del pie de este género que los investigadores no tienen muchas dudas sobre la identificación.


Hay que esperar aún a la publicación científica. Según dicen los periódicos hay rastros de dos individuos diminutos que hundieron sus patillas en la orilla de un río. En la misma zona, cerca de Morrison (Colorado, EEUU), se habían hallado antes las huellas y los esqueletos de los adultos, que alcanzaban los nueve metros de largo.

Fósil de Reptil volador

Xianglong zhaoi, hallado en la provincia china de Liaoning. Del Cretácico temprano, con solo 15,5 cm de largo (es un joven aún no totalmente desarrollado), muestra adaptaciones arborícolas en pies y garras y un patagio (membrana) plegable, sujeto por ocho pares de costillas dorsales. Por la forma estrecha y afilada del patagio, así como por su perfil aerodinámico, puede deducirse una gran maniobrabilidad durante el "vuelo", probablemente mayor que la del actual dragón volador Draco volans.

XXIII Jornada Argentina de paleontología de vertebrados

Se realizó con gran éxito las 23ª edicion de las Jornadas en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio de la ciudad de Trelew (Chubut-Argentina) los días 21 al 26 de mayo de 2007 donde científicos de Argentina, Brasil, Uruguay y Chile abordaron los temas de los trabajos realizados durante el último año.


La salida de campo se realizó en sedimentos cenozoicos en el sitio de Bryn Gwyn, distante a unos 25 km de la ciudad.

Asimismo se realizó en el Centro Cultural de Trelew la muestra de Paleoarte con significativos resultados de los artistas veteranos y la excelente producción de los novatos que comienzan a disponer de un campo sumamente prolífico en esta materia.

Descubrimientos de la Patagonia Argentina


El Bonitasaura llamado así debido a que se encontró en el Cerro La Bonita, a unos 1.300 kilómetros al sureste de Buenos Aires (Provincia de Río Negro) fue hallado en la Patagonia Austral, medía unos 9 metros de longitud y pertenecía al grupo de herbívoros titanosaurios.

Este dinosaurio habitó la Tierra hace unos 83 millones de años, y se trata del único vertebrado del mundo con mandíbula cuadrada, con una especie de guillotina detrás de los dientes, lo que le permitía cortar ramas. Sus dientes solamente están restringidos a la parte anterior de la mandíbula, y tienen una región media sin dientes, de un material semejante al de las uñas humanas.

Los primeros restos de este animal fueron encontrados en 2003, aunque hasta enero de este año los expedicionarios argentinos no habían logrado obtener la mayor cantidad de partes del ejemplar. Hoy existe casi el 70 % del esqueleto con partes del cráneo incluidas, algo muy poco común.

Encuentran fósil del roedor más grande del planeta


En Venezuela, el hallazgo en una región semidesértica del esqueleto del roedor más grande del planeta, de hábitos acuáticos y una antigüedad de unos 8 millones de años, contribuye junto con los registros fósiles de Brasil a soportar la hipótesis sobre la existencia de un gran río llanero que fluía paralelamente a la Cordillera de los Andes hacia el norte de América del Sur, desembocando en el Caribe.

Las investigaciones paleontológicas en Venezuela toman un gran impulso con el hallazgo de lo que se considera tanto el roedor más grande del mundo como el primer esqueleto completo en América de un roedor gigante (Phoberomys pattersonii), de unos 3 metros de longitud, 1,30 de alto y un peso de 500 kilos, y de una antigüedad estimada en 8 millones de años, correspondiente al mioceno superior.

Paleontólogos griegos y holandeses descubrieron en el norte de Grecia los colmillos de mastodonte más largos hasta la fecha.

Según informó hoy el vespertino ateniense "Kathimerini", los científicos estiman que el descubrimiento "es de una importancia trascendental para los paleontólogos a nivel mundial".

Los colmillos son los más largos encontrados jamás hasta ahora y superan el récord del Libro Guiness, que tiene registrados otros de 4,39 metros de longitud.
La especie de mastodonte al que pertenecen los gigantescos colmillos se denomina "mammut borsoni" y sus restos fueron encontrados durante excavaciones realizadas en la localidad septentrional de Milias, cerca de Grevena.

La longitud de los colmillos, así como la composición y tamaño de las mandíbulas, indican que se trata de un macho, declaró la jefa de las excavaciones, Evangelia Tsoukala, catedrática de la Universidad de Salónica.

Se calcula que el animal prehistórico pereció cuando contaba entre 25 y 30 años de edad -aunque la media de vida de estos animales era de unos 55 años-, tenía una estatura de unos 3,5 metros y pesaría unas seis toneladas.